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Dormir es tan necesario como alimentarse de forma saludable o hacer ejercicio físico de forma habitual.
Es una función biológica esencial para nuestro organismo y además, debemos tener en cuenta que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo.
La importancia de dormir bien está directamente relacionada con los beneficios de un sueño reparador tanto a nivel fisiológico como psicológico y es la única garantía que tienes para rendir adecuadamente: las jornadas extenuantes de estudio, sin descanso intercalado de forma adecuada, sin descanso entre unas y otras e, incluso, sin descanso ni en los minutos previos al examen, realmente, lo único que hacen con tu rendimiento académico es decrecerlo dramáticamente. Sinceramente, si descansases más, estoy segura que sacarías mejores notas pero muchas veces hay que recurrir a medicamentos tan eficaces para combatir el insomnio ocasional o nerviosismo como la dormidina precio caracterizado por sus propiedades sedantes.
Hay que recordar que las horas de sueño recomendadas son las mismas que para la población adulta: 7-8 horas. La televisión no pone fácil acostarse temprano, ni el whatsapp, ni Facebook... Lo primero tiene solución: puedes ver tu programa favorito al día siguiente en la web de la cadena televisiva. Para lo demás, fuerza de voluntad y cuestión de prioridades: si tu trabajo académico se desarrolla a una intensidad desproporcionada los últimos días previos al examen y eres capaz de soportarlo, seguro que puedes soportar acostarte a las 10:30 o 11:00 de la noche.
Un sueño adecuado es IMPRESCINDIBLE para fijar los conocimientos y asentar lo memorizado; cómo te sientes por la mañana cuando has dormido 4 o 5 horas ya lo sabes... así no hay quien sea capaz de estudiar por lo que la dormidina ayuda a conciliar el sueño.
Antes de todo es importante seguir una serie de recomendaciones: establecer una rutina para dormir, tener unos horarios nos va a ayudar a conciliar el sueño, también es recomendable que dejemos de utilizar dispositivos con pantalla al menos 45 minutos o 1 hora antes de irnos a la cama.
Una alimentación correcta y equilibrada facilitará que podamos descansar mejor y que nuestro sueño sea de mejor calidad. La digestión es mucho más lenta durante el sueño, por lo que dormir inmediatamente después de comer hace que no descansemos de forma adecuada y se provoquen dolencias estomacales y problemas de insomnio.
Un consejo que puede parecer insignificante pero que puede ayudar a reducir el tiempo de conciliación del suelo es poner cuando nos acostamos un sonido continuo de fondo o incluso la radio o alguna música instrumental, esto nos hará desconectar y evitará que podamos darle vueltas a las cosas que a veces nos pueden llegar a quitar el sueño, si aun así no consigues conciliar el sueño consulta con tu médico el uso de Dormidina.
Durante las jornadas de estudio
Tu concentración desciende a partir de los 20 minutos. Vale, la primera hora de estudio, e incluso la segunda hora, puede que tu curva de concentración tarde más en descender, pero (aunque no nos guste) vas a estar más de 2 horas estudiando, ¿no? El ritmo de estudio tiene que ser adecuado para poder cumplir las tareas fijadas, no súper intenso y caótico al principio para acabar perdiendo horas intentando leer y subrayar, sin enterarte de nada, porque ya te has agotado en los primero 90 minutos. Optimiza.
Haz intervalos de 20-25 min y descansos de 5-10 minutos entre ellos; en esos 20-25 minutos SOLO estudia, al tope de tu capacidad. No hables con la persona que tienes al lado, no mires el móvil, no mires por la ventana, no te despistes con una mosca... En los 5-10 minutos de pausa NO hagas NADA que tenga que ver con lo que estás estudiando: vete a beber agua, habla con un amigo o amiga, mira el móvil por si te ha llamado alguien, etc. En cuanto se acaben, vuelve a tu tarea, y vuelta a empezar :)
INTRODUCCIÓN
El ámbito sanitario conlleva un trabajo complejo, que incluye múltiples tareas, actividades y procesos con riesgos muy diversos, pero a su vez muy específicos de este entorno de trabajo. Uno de los riesgos más importantes en este ámbito es la exposición a agentes biológicos de transmisión sanguínea, de especial importancia por su frecuencia, especificidad y potenciales consecuencias1.
La evaluación del riesgo biológico en los centros sanitarios es necesaria para conocer de antemano a qué peligros puede enfrentarse el personal sanitario en sus actuaciones a la hora de desempeñar sus tareas. Por ello, un análisis pormenorizado de esos riesgos, y en particular de los riesgos inmunoprevenibles, debe constituir el marco en el que se pueda desenvolver con seguridad cualquier trabajador de la sanidad.
El correcto estado de vacunación de los profesionales sanitarios constituye uno de los pilares en que se debe amparar cualquier valoración de los riesgos inmunoprevenibles; esa cuestión, que excede en numerosas ocasiones de lo que se exige a los trabajadores de la salud, se debe enmarcar en la ejemplaridad cuando no exista una norma de buenas prácticas que obligue a mantener un correcto estado de vacunación.
Así pues, son tres los aspectos que se han de observar a la hora de evaluar este tipo de riesgo:
a) Precauciones universales o estándar.
b) Correcta inmunización de los trabajadores susceptibles.
c) Adecuado control de las fuentes de transmisión.
a) En cuanto a las precauciones universales o estándar, se pueden resumir en las siguientes consideraciones1-5:
1. Los trabajadores sanitarios son susceptibles de infectarse por el virus de la hepatitis B durante su actividad a través de exposiciones accidentales, sea por vía percutánea (pinchazos, cortes) como por vía cutáneo-mucosa (salpicaduras), con instrumental contaminado con sangre u otros fluidos de pacientes infectados. El riesgo depende de la intensidad, volumen, instrumental, etc.2,4. Por tanto, todos los trabajadores sanitarios (que tengan contacto directo o indirecto con sangre u otros fluidos de los pacientes) deben vacunarse frente a la hepatitis B.
2. Lavado de manos antes y después de atender al paciente (se usen guantes o no) y cuando haya habido contacto con sangre y/o fluidos corporales. Los cortes y heridas siempre se deben cubrir con apósitos impermeables (tipo tiritas) antes de iniciar la actividad laboral3,5.
3. Uso de protección de barrera; el tipo dependerá del procedimiento que se vaya a realizar3,5.
4. Protección de manos con guantes de uso sanitario. No evitan el pinchazo, pero reducen el volumen de sangre transferido (variable muy relacionada con el riesgo de infectarse). Este riesgo se ve minimizado cuando se utiliza doble guante o guantes especiales (hidrogel, antivíricos)3,5.
Se deben usar guantes en las siguientes circunstancias:
5. La utilización de bata suplementaria al uniforme o bata habituales generalmente no está indicada. Se recomienda su uso en aquellas situaciones en que sea probable que se produzcan grandes salpicaduras con sangre o líquidos (por ejemplo, asistencia a un parto, a politraumatizados en urgencias, cirugías con abundante sangrado, realización de curas de gran extensión)3,5.
6. La protección ocular se debe usar cuando se prevea la producción de salpicaduras de sangre o líquidos corporales a la mucosa ocular. Gafas de plástico o mascarilla con protector plástico ocular3,5.
7. Las mascarillas, de no existir otra razón médica (tuberculosis, SAMR, etc.), se utilizarán cuando se puedan producir salpicaduras de sangre o fluidos corporales en las mucosas oral o nasal. Se aconseja en actividades como las que se enumeran a continuación:
8. En la resucitación cardiorrespiratoria: evitar hacer el boca a boca y utilizar ambú o medidas de protección.
9. Manejo de objetos punzantes o cortantes. Todos los trabajadores sanitarios deberán poner especial cuidado en el manejo de agujas, lancetas, hojas de bisturí y cualquier otro objeto cortante o punzante durante y tras su uso, al limpiarlos y en su eliminación.
10. Eliminación y destrucción del material desechable según las normas del centro de trabajo.
11. Reducir, en lo posible, los procedimientos de riesgo:
12. Desinfección o esterilización7, tras su limpieza y aclarado, de las superficies, objetos o instrumentos que entren en contacto con sangre, mucosas o piel no intacta de pacientes. Se realizará de acuerdo con las normas específicas del centro.
b) En cuanto a la correcta inmunización de los trabajadores (se trata de manera más amplia en el siguiente capítulo) es una cuestión que no se tiene en cuenta todo lo que se debería.
Para identificar el riesgo biológico se debe seguir el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo6, prestando especial atención a los siguientes anexos de dicho Real Decreto:
Anexo I. Lista indicativa de actividades con riesgo biológico (se destacan los puntos 4 y 5):
Punto 4: Trabajos de asistencia sanitaria, comprendidos los desarrollados en servicios de aislamiento y anatomía patológica.
Punto 5: Trabajos en laboratorios clínicos, veterinarios, de diagnóstico y de investigación, con exclusión de los laboratorios de diagnóstico microbiológico.
Anexo II. Artículo 3.1. Clasificación de los agentes biológicos (Tabla 1):
Agente biológico del grupo 1:
Aquel que resulta poco probable que cause una enfermedad en el hombre (la mayoría de los agentes infecciosos).
Agente biológico del grupo 2:
Aquel que puede causar una enfermedad en el hombre y puede suponer un peligro para los trabajadores, siendo poco probable que se propague a la colectividad, y para el que existe generalmente profilaxis o tratamiento eficaz:
Agente biológico del grupo 3:
Aquel que puede causar una enfermedad grave en el hombre y presenta un serio peligro para los trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad, y para el que existe generalmente una profilaxis o tratamiento eficaz:
Agente biológico del grupo 4:
Aquel que, causando una enfermedad grave en el hombre, supone un serio peligro para los trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la colectividad y sin que exista generalmente una profilaxis o un tratamiento eficaz (virus Ébola)8.
El otro pilar es la adecuada inmunización, cuestión que se tratará en el siguiente capítulo.
c) Y el tercero es el adecuado control de las fuentes de transmisión; para ello, se debe estar atento a cualquier factor que pueda influir: por ejemplo, temperatura, ventilación o atmósfera, superficies (paredes, suelos, mobiliario, etc.), materiales que se puedan manejar en ambiente hospitalario, etc. Todo ello debe observarse y tratar que esos factores estén a la altura de lo esperable7.
En el ambiente hospitalario, la investigación es una cuestión muy presente en las empresas que comercializan todas las cuestiones mencionadas, y como tal, lo ideal es que se adelante a cualquier peligro (conocido o no), aunque en la mayoría de los casos va por detrás de la experiencia.
Todo ello conforma una evaluación del riesgo biológico y la correspondiente planificación de la acción preventiva de dicha evaluación.
Tabla 1. Grupo de riesgo de los agentes biológicos5 | |||
Agente biológico del grupo de riesgo | Riesgo infeccioso | Riesgo de propagación a la colectividad | Profilaxis o tratamiento eficaz |
1 | Poco probable que cause enfermedad | No | Innecesario |
2 | Pueden causar una enfermedad y constituir un peligro para los trabajadores | Poco probable | Posible generalmente |
3 | Pueden causar una enfermedad grave y constituir un serio peligro para los trabajadores | Probable | Posible generalmente |
4 | Provocan una enfermedad grave y constituyen un serio peligro para los trabajadores | Elevado | No conocido en la actualidad |
Fuente: Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT). Madrid; mayo 2014.
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