domingo, 10 de octubre de 2021

Evaluación del riesgo biológico en centros sanitarios

 INTRODUCCIÓN

El ámbito sanitario conlleva un trabajo complejo, que incluye múltiples tareas, actividades y procesos con riesgos muy diversos, pero a su vez muy específicos de este entorno de trabajo. Uno de los riesgos más importantes en este ámbito es la exposición a agentes biológicos de transmisión sanguínea, de especial importancia por su frecuencia, especificidad y potenciales consecuencias1.

La evaluación del riesgo biológico en los centros sanitarios es necesaria para conocer de antemano a qué peligros puede enfrentarse el personal sanitario en sus actuaciones a la hora de desempeñar sus tareas. Por ello, un análisis pormenorizado de esos riesgos, y en particular de los riesgos inmunoprevenibles, debe constituir el marco en el que se pueda desenvolver con seguridad cualquier trabajador de la sanidad.

El correcto estado de vacunación de los profesionales sanitarios constituye uno de los pilares en que se debe amparar cualquier valoración de los riesgos inmunoprevenibles; esa cuestión, que excede en numerosas ocasiones de lo que se exige a los trabajadores de la salud, se debe enmarcar en la ejemplaridad cuando no exista una norma de buenas prácticas que obligue a mantener un correcto estado de vacunación.

Así pues, son tres los aspectos que se han de observar a la hora de evaluar este tipo de riesgo:

a) Precauciones universales o estándar.
b) Correcta inmunización de los trabajadores susceptibles.
c) Adecuado control de las fuentes de transmisión.


a) En cuanto a las precauciones universales o estándar, se pueden resumir en las siguientes consideraciones1-5:


1. Los trabajadores sanitarios son susceptibles de infectarse por el virus de la hepatitis B durante su actividad a través de exposiciones accidentales, sea por vía percutánea (pinchazos, cortes) como por vía cutáneo-mucosa (salpicaduras), con instrumental contaminado con sangre u otros fluidos de pacientes infectados. El riesgo depende de la intensidad, volumen, instrumental, etc.2,4. Por tanto, todos los trabajadores sanitarios (que tengan contacto directo o indirecto con sangre u otros fluidos de los pacientes) deben vacunarse frente a la hepatitis B.

2. Lavado de manos antes y después de atender al paciente (se usen guantes o no) y cuando haya habido contacto con sangre y/o fluidos corporales. Los cortes y heridas siempre se deben cubrir con apósitos impermeables (tipo tiritas) antes de iniciar la actividad laboral3,5.

3. Uso de protección de barrera; el tipo dependerá del procedimiento que se vaya a realizar3,5.

4. Protección de manos con guantes de uso sanitario. No evitan el pinchazo, pero reducen el volumen de sangre transferido (variable muy relacionada con el riesgo de infectarse). Este riesgo se ve minimizado cuando se utiliza doble guante o guantes especiales (hidrogel, antivíricos)3,5.

Se deben usar guantes en las siguientes circunstancias:

  • Siempre que el trabajador sanitario presente cortes, heridas o lesiones cutáneas, además de cubrir lesiones abiertas con apósitos.
  • No son necesarios en caso de que el contacto sea con piel intacta del paciente.
  • Al tocar sangre y fluidos corporales contaminados, tejidos o los fluidos previamente citados.
  • Al tocar mucosas o piel no íntegra de los pacientes.
  • Al manejar objetos, materiales o tocar superficies contaminadas por sangre o los fluidos corporales indicados.
  • Al realizar extracciones, colocar vías u otros procedimientos invasivos5.

5. La utilización de bata suplementaria al uniforme o bata habituales generalmente no está indicada. Se recomienda su uso en aquellas situaciones en que sea probable que se produzcan grandes salpicaduras con sangre o líquidos (por ejemplo, asistencia a un parto, a politraumatizados en urgencias, cirugías con abundante sangrado, realización de curas de gran extensión)3,5.

6. La protección ocular se debe usar cuando se prevea la producción de salpicaduras de sangre o líquidos corporales a la mucosa ocular. Gafas de plástico o mascarilla con protector plástico ocular3,5.

7. Las mascarillas, de no existir otra razón médica (tuberculosis, SAMR, etc.), se utilizarán cuando se puedan producir salpicaduras de sangre o fluidos corporales en las mucosas oral o nasal. Se aconseja en actividades como las que se enumeran a continuación:

  • Endoscopia.
  • Aspiración de secreciones.
  • Manipulación del equipo de fisioterapia respiratoria.
  • Práctica de procedimientos invasivos asociados a producción de aerosoles (autopsias, intubaciones, etc.).
  • Asistencia en hemorragias vasculares importantes, etc.
  • Odontoestomatología.

8. En la resucitación cardiorrespiratoria: evitar hacer el boca a boca y utilizar ambú o medidas de protección.

9. Manejo de objetos punzantes o cortantes. Todos los trabajadores sanitarios deberán poner especial cuidado en el manejo de agujas, lancetas, hojas de bisturí y cualquier otro objeto cortante o punzante durante y tras su uso, al limpiarlos y en su eliminación.

  • Una vez utilizadas, las agujas nunca deben ser reencapuchadas, dobladas o romperse.
  • Tener especial precaución en evitar heridas o punturas y contacto a través de piel no intacta con instrumentos contaminados con sangre u otros fluidos.
  • Uso de dispositivos seguros y material desechable siempre que sea posible3,5.

10. Eliminación y destrucción del material desechable según las normas del centro de trabajo.

  • Los objetos se eliminarán en los contenedores rígidos directamente.
  • Conviene que estos contenedores estén próximos a la zona en que vayan a ser utilizados los objetos para evitar su transporte y manipulación.
  • Siempre que sea posible, la eliminación debería hacerla el mismo profesional que ha realizado el procedimiento, ya que conocerá la cantidad de instrumental utilizado y dónde lo ha dejado. De esta manera se evita la búsqueda por parte de otros trabajadores en la zona de trabajo, no siempre bien visualizable, y el abandono involuntario entre la ropa que va a lavandería.
  • No llenar los contenedores más allá de la línea máxima de llenado para evitar que los objetos perforen el plástico por excesivo llenado o que al cerrarlo sobresalgan.
  • Por supuesto, nunca se eliminarán en las bolsas de plástico de los cubos de basura.

11. Reducir, en lo posible, los procedimientos de riesgo:

  • Unificar extracciones de sangre.
  • En cirugía se evitarán, en la medida que el procedimiento lo permita, las técnicas en las que no se visualice de forma directa la aguja o el bisturí (evitar PIPES). Se evitarán también los procedimientos de sutura entre dos cirujanos.

12. Desinfección o esterilización7, tras su limpieza y aclarado, de las superficies, objetos o instrumentos que entren en contacto con sangre, mucosas o piel no intacta de pacientes. Se realizará de acuerdo con las normas específicas del centro.


b) En cuanto a la correcta inmunización de los trabajadores (se trata de manera más amplia en el siguiente capítulo) es una cuestión que no se tiene en cuenta todo lo que se debería.

Para identificar el riesgo biológico se debe seguir el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo6, prestando especial atención a los siguientes anexos de dicho Real Decreto:

Anexo I. Lista indicativa de actividades con riesgo biológico (se destacan los puntos 4 y 5):

Punto 4: Trabajos de asistencia sanitaria, comprendidos los desarrollados en servicios de aislamiento y anatomía patológica.

Punto 5: Trabajos en laboratorios clínicos, veterinarios, de diagnóstico y de investigación, con exclusión de los laboratorios de diagnóstico microbiológico.


Anexo II. Artículo 3.1. Clasificación de los agentes biológicos (Tabla 1):

Agente biológico del grupo 1: 

Aquel que resulta poco probable que cause una enfermedad en el hombre (la mayoría de los agentes infecciosos).


Agente biológico del grupo 2: 

Aquel que puede causar una enfermedad en el hombre y puede suponer un peligro para los trabajadores, siendo poco probable que se propague a la colectividad, y para el que existe generalmente profilaxis o tratamiento eficaz:

  • Corynebacterium diphtheriae.
  • Neisseria meningitidis.
  • Bordetella pertussis.
  • Streptococcus pneumoniae.
  • Virus de la varicela-zóster.
  • Virus de la gripe.
  • Virus del sarampión.
  • Virus de la rubeola.
  • Virus de la parotiditis.
  • Virus de la hepatitis A.
  • Virus del papiloma humano.


Agente biológico del grupo 3: 

Aquel que puede causar una enfermedad grave en el hombre y presenta un serio peligro para los trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad, y para el que existe generalmente una profilaxis o tratamiento eficaz: 

  • Clostridium tetani.
  • Virus de la hepatitis B.
  • Fiebre amarilla.
  • Salmonella typhi.
  • Mycobacterium tuberculosis.


Agente biológico del grupo 4:

Aquel que, causando una enfermedad grave en el hombre, supone un serio peligro para los trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la colectividad y sin que exista generalmente una profilaxis o un tratamiento eficaz (virus Ébola)8.

El otro pilar es la adecuada inmunización, cuestión que se tratará en el siguiente capítulo.

c) Y el tercero es el adecuado control de las fuentes de transmisión; para ello, se debe estar atento a cualquier factor que pueda influir: por ejemplo, temperatura, ventilación o atmósfera, superficies (paredes, suelos, mobiliario, etc.), materiales que se puedan manejar en ambiente hospitalario, etc. Todo ello debe observarse y tratar que esos factores estén a la altura de lo esperable7.

En el ambiente hospitalario, la investigación es una cuestión muy presente en las empresas que comercializan todas las cuestiones mencionadas, y como tal, lo ideal es que se adelante a cualquier peligro (conocido o no), aunque en la mayoría de los casos va por detrás de la experiencia.

Todo ello conforma una evaluación del riesgo biológico y la correspondiente planificación de la acción preventiva de dicha evaluación.


Tabla 1. Grupo de riesgo de los agentes biológicos5

Agente biológico del grupo de riesgo

Riesgo infeccioso

Riesgo de propagación a la colectividad

Profilaxis o tratamiento eficaz

1

Poco probable que cause enfermedad

No

Innecesario

2

Pueden causar una enfermedad y constituir un peligro para los trabajadores

Poco probable

Posible generalmente

3

Pueden causar una enfermedad grave y constituir un serio peligro para los trabajadores

Probable

Posible generalmente

4

Provocan una enfermedad grave y constituyen un serio peligro para los trabajadores

Elevado

No conocido en la actualidad

Fuente: Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT). Madrid; mayo 2014.

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