martes, 29 de agosto de 2023

Verano e intoxicaciones alimentarias


La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) alerta de que las intoxicaciones alimentarias pueden causar al organismo graves daños, especialmente durante el periodo estival. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos ya que en esta época resulta también más difícil conservar los alimentos a la temperatura adecuada cuando se ingieren fuera de casa1.


La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) avisa de que las enfermedades zoonóticas transmitidas por los alimentos “son una amenaza importante y generalizada para la salud pública mundial”. Así lo avalan también las cifras: en 2021 se produjeron 4.005 brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos en la Unión Europea, lo que supone un aumento del 29,8 % en comparación con 2020, según se extrae del informe anual ‘EU One Health Zoonoses’ publicado por la EFSA y el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC)2 .


La SEEN manifiesta que es esencial conservar correctamente los alimentos cocinados, por lo que aconseja que si no se pueden ingerir inmediatamente o se quieren guardar las sobras deben conservarse refrigerados a 5°C como máximo o congelados. Además, la sociedad científica indica que es vital calentar suficientemente los alimentos cocinados, así como evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados3.


¿Cuáles son las Reglas de oro para prevenir las intoxicaciones?


Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que las enfermedades causadas por los alimentos son uno de los problemas sanitarios más difundidos en el mundo. Para la OMS las 10 reglas de oro para la preparación higiénica de los alimentos son :


Elegir los alimentos tratados con fines higiénicos.

Cocinar bien los alimentos.

Consumir inmediatamente los alimentos cocinados.

Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados.

Recalentar bien los alimentos cocinados.

Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.

Lavarse las manos a menudo.

Mantener escrupulosamente limpias todas las superficies de la cocina.

Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales.

Utilizar agua pura, es decir, la OMS puntualiza que, si el suministro hidráulico no inspira confianza, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas.


*VÍA MSD

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