sábado, 1 de agosto de 2020

Redes sociales para la emergencia en respuesta al nuevo Coronavirus

La integración de las redes sociales como una herramienta esencial en la preparación, la respuesta y la recuperación puede influir en la respuesta a COVID-19 y futuras amenazas a la salud pública
Autor/a: R. Merchant y N. Lurie Fuente: JAMA Network Social Media and Emergency Preparedness in Response to Novel Coronavirus
Introducción
La pandemia de gripe de 1918 afectó a un tercio de la población mundial y provocó 50 millones de muertes. Hace cien años, las terapias médicas y las contramedidas eran significativamente limitadas, y el intercambio de información que podía facilitar cualquier intervención de salud pública se realizaba por teléfono, correo o interacción de persona a persona.
Ahora, más de un siglo después, un nuevo coronavirus es la causa de una nueva pandemia mundial que amenaza millones de vidas. Hoy, muchos métodos para compartir información han sido integrados a las enormes plataformas de las redes sociales que tienen una velocidad, alcance y penetración increíbles. Más de 2.900 millones de personas utilizan las redes sociales con regularidad, y muchas durante largos períodos de tiempo.
La comprensión actual de cómo estas plataformas se pueden aprovechar para apoyar de manera óptima la respuesta de emergencia, la resistencia y la preparación no se entiende bien.
En este punto de vista, se describe un marco para la integración de las redes sociales como una herramienta crítica en la gestión de la pandemia actual, así como la transformación en lo que respecta a preparación y respuesta para el futuro.

Dirigir a las personas a fuentes confiables
Hasta la fecha, las redes sociales han sido importantes para diseminar información durante el brote de coronavirus 2019 (COVID-19). Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Organización Mundial de la Salud (OMS), numerosas revistas y otras organizaciones de atención médica publican regularmente orientación en una gran cantidad de plataformas.
Los equipos empleados por las plataformas de redes sociales más grandes también han participado en la respuesta a medida que las búsquedas de información sobre el coronavirus fueron aumentando y en ocasiones dominando las conversaciones en línea.
  • Facebook está utilizando la función de feed de noticias para dirigir a los usuarios al sitio web de la OMS y los sitios web de las autoridades sanitarias locales.
     
  • Google Scholar ha destacado las principales revistas médicas y otros sitios.
     
  • Twitter y otros sitios dirigen de manera similar a personas que buscan contenido relacionado con el coronavirus a fuentes confiables.
Las instituciones de atención médica, los médicos y las personas influyentes en las redes sociales también deben dirigir activamente el tráfico en línea a fuentes confiables.
También puede ser hora de que las redes sociales asuman un papel activo de salud pública y, en paralelo, utilicen banners, ventanas emergentes y otras herramientas para enviar mensajes directamente a los usuarios sobre el lavado de manos y el distanciamiento social. Este enfoque aumenta la probabilidad de que millones de personas vean los mismos mensajes cada vez que acceden a estas plataformas, incluso si se abstienen de ingresar al sitio web de la OMS u otros sitios confiables.

Contrarrestar la desinformación
Las redes sociales también se han convertido en una vía de difusión de rumores y desinformación deliberada, y muchos perpetradores están usando sitios como Facebook, Twitter, YouTube y WhatsApp para crear una sensación de pánico y confusión.
A diferencia de cualquier evento anterior, la OMS ha identificado que “el brote y la respuesta de 2019-nCoV ha estado acompañado por una infodemia masiva, una sobreabundancia de información, una cierta y otra no, que dificulta que las personas encuentren fuentes de confianza y orientación confiable".
Se necesita investigación para comprender mejor los orígenes y la difusión de la información errónea, así como los esfuerzos coordinados para interrumpir sus fuentes e identificar, eliminar y reducir su difusión.

Las redes sociales como herramienta de diagnóstico y sistema de referencia
Las redes sociales deben usarse para difundir información confiable sobre cuándo es necesario hacer el testeo, qué hacer con los resultados y dónde recibir atención. Si hay una vacuna disponible, se podrían usar las mismas plataformas para alentar la aceptación y abordar los desafíos asociados con la indecisión con respecto a recibir la vacuna. Estos esfuerzos dirigidos pueden ocurrir en respuesta a lo que las personas buscan o en un enfoque más personalizado basado en el perfil en línea, las publicaciones y el riesgo subyacente de un individuo.
Los sistemas de salud pueden verse abrumados a medida que los test estén más disponibles y las personas con enfermedades más leves pero preocupadas busquen atención; sin embargo, las redes sociales están bien preparadas para permitir a los usuarios evaluar de forma remota los síntomas y determinar el curso de acción más apropiado.
La herramienta de Salud Preventiva de Facebook proporciona a las personas pautas examinadas sobre recomendaciones de salud preventiva (p. Ej., Enfermedades cardíacas, detección de cáncer) y luego dirige a los usuarios a ubicaciones específicas (p. Ej., Centros de salud calificados, clínicas) donde estos servicios están disponibles.
Los usuarios también tienen la opción de compartir la herramienta y sus pruebas programadas con su red. Esto podría modificarse para dirigir a las personas (cuando sea necesario) a los recursos para la prueba de COVID-19. Para aquellos cuyos resultados son positivos para COVID-19, la plataforma podría permitir a los usuarios informar a sus contactos sobre la posible exposición y cómo hacer el seguimiento

Habilitación de la conectividad y primeros auxilios psicológicos
A medida que los individuos comienzan a ponerse en cuarentena y teletrabajar, están ocurriendo nuevas formas de aislamiento social.
Los funerales, bodas, servicios religiosos, comidas en restaurantes y otros lugares de socialización tradicional ya han sido severamente limitados o completamente restringidos. Los efectos a largo plazo del distanciamiento social y el aislamiento probablemente afectarán a las poblaciones de manera diferente, lo que requerirá estrategias integrales para abordar las secuelas posteriores.
Atravesar el aislamiento social será particularmente desafiante para las poblaciones ya desfavorecidas, como las personas mayores, las personas con un bajo nivel socioeconómico o sin vivienda, las personas con enfermedades o discapacidades crónicas y las personas indocumentadas. Las redes sociales deberían usarse para crear conciencia sobre las necesidades de estos grupos y para el desarrollo de nuevos métodos para que las comunidades movilicen recursos y apoyo en ausencia de contacto físico.
Los primeros auxilios psicológicos podrían brindarse a través de chats con bots, que utilizan inteligencia artificial para aprender de los millones de interacciones que se producen en respuesta a la pandemia y comprender mejor las necesidades críticas. Si bien las redes sociales no pueden reemplazar el contacto en persona, puede haber formas de utilizarlo mejor para apoyar la recuperación y la resiliencia.

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