domingo, 19 de junio de 2016

¿Qué es la mononucleosis?

¿Qué es la mononucleosis?


La mononucleosis infecciosa, también conocida como "la enfermedad del beso", es una infección a menudo provocada por el virus Epstein-Barr (VEB). El VEB es muy común y muchas personas estuvieron expuestas a él en algún momento de la infancia.
Pero no todo el mundo que se expone al VEB desarrolla síntomas de mononucleosis. Como con muchos otros virus, es posible relacionarse con una persona infectada por el VEB sin contraer la enfermedad.
Las personas infectadas por el VEB serán portadoras de este virus durante el resto de su vida, incluso aunque nunca presenten síntomas de mononucleosis. Las personas que presenten síntomas o desarrollen una mononucleosis al exponerse al virus, probablemente no volverán a presentar esos síntomas ni a desarrollar otra vez la enfermedad.
Aunque el VEB es la principal causa de la mononuclueosis, otros virus, como el citomegalovirus, pueden provocar una enfermedad similar. Al igual que el VEB, el citomegalovirus permanece en el cuerpo de por vida y puede no provocar ningún síntoma en absoluto.
La gente a menudo bromea sobre la mononucleosis; pero, como descubrió Ashley, esta enfermedad no es ninguna broma. La mononucleosis puede mantenerte fuera de juego durante varias semanas.

Cómo se contrae?

Una forma habitual de contraerla es besando a alguien que esté infectado por el virus que la provoca, motivo por el cual recibe el apodo de "la enfermedad del beso". Si nunca te has infectado con el VEB, besar a alguien que esté infectado por ese virus puede exponerte a contraer la enfermedad.
Pero, ¿y si no has besado a nadie? La mononucleosis también se puede contraer mediante otras formas de contacto directo con la saliva de una persona infectada por el VEB, como compartiendo una bebida, un cepillo de dientes, un cubierto, e incluso brillo de labios, bálsamo labial o pintalabios.
Algunas personas que tienen el virus en el organismo nunca presentan síntomas, pero sigue siendo posible que lo transmitan a otras personas. De hecho, los expertos consideran que el VEB lo pueden transmitir incluso personas que lo contrajeron hace meses.

¿Cómo puedo saber si tengo mononucleosis?


Habitualmente los síntomas empiezan a aparecer entre 4 a 7 semanas después de haberse infectado con el virus. Los signos y síntomas de que podrías tener mononucleosis incluyen los siguientes:
  • fatiga
  • fiebre
  • dolor de garganta
  • pérdida del apetito
  • inflamación de los ganglios linfáticos (las glándulas del sistema linfático que tenemos en el cuello, las axilas y la ingle)
  • dolor de cabeza
  • dolores musculares
  • debilidad
  • aumento del tamaño del hígado y/o del bazo
  • erupción cutánea
  • dolor abdominal
Las personas que padecen mononucleosis pueden presentar diferentes combinaciones de estos síntomas y algunas pueden tener síntomas tan leves que apenas los notan. Otras personas pueden no presentar ningún síntoma en absoluto.
Si tienes varios de estos síntomas, no trates de autodiagnosticarte. Siempre visita a tu médico cuando tengas fiebre, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados o si te sientes anormalmente cansado sin ningún motivo aparente.
Puesto que los síntomas de la mononuclueosis son tan generales que podrían aparecer en otras enfermedades, es posible confundir una mononucleosis con una gripe, una faringoamigdalitis estreptocócica u otras enfermedades. De hecho, aunque no sea muy frecuente, algunas personas pueden padecer mononucleosis y faringoamigdalitis estreptocócica al mismo tiempo.
Para hacer el diagnóstico, el médico te solicitará un análisis de sangre para determinar si la mononucleosis es la causa de tus síntomas.

Cómo puedo mejorar?

No hay cura para la mononucleosis. Pero la buena noticia es que, incluso aunque no hagas nada, empezarás a sentirte mejor dentro de dos a cuatro semanas. Debido a que la mononucleosis está provocada por un virus, los antibióticos como la penicilina no ayudan en absoluto, a menos que también hayas contraído otra infección provocada por bacterias, como la faringoamigdalitis estreptocócica. De hecho, ciertos antibióticos pueden provocar erupciones cutáneas si los tomas mientras padeces una mononucleosis.
Aunque no existe ningún comprimido mágico para la mononucleosis, puedes hacer algunas cosas para encontrarte mejor. El mejor tratamiento es descansar mucho, especialmente al principio de la enfermedad, cuando los síntomas son peores. Acuéstate en la cama y no se te ocurra ir al colegio ni practicar deporte u otras actividades.
Para aliviar la fiebre y aminorar los dolores musculares, prueba de tomar paracetamol o ibuprofeno. Olvídate de la aspirina, a menos que el médico te diga que la tomes. La aspirina se ha asociado a una enfermedad grave que afecta a niños y adolescentes denominada síndrome de Reye, que puede provocar insuficiencia hepática y muerte.
Aunque no tengas hambre, intenta seguir una dieta equilibrada y bebe abundante agua y jugos para evitar la deshidratación. Si te duele la garganta, haz gárgaras con agua salada, toma té con miel o chupa caramelos duros o toma helados. Tomando licuados de fruta fríos y otros batidos bajos en grasas podrás obtener nutrientes mientras te alivias y suavizas la garganta.
Cuando empieces a encontrarte mejor, tómatelo con calma. Aunque se puede volver al colegio en cuanto desaparezca la fiebre, es posible que todavía te encuentres cansando. Tu cuerpo te dirá durante cuánto tiempo debes hacer reposo: préstale atención. Si te cuidas y descansas cuanto necesites, volverás pronto a la normalidad, habitualmente dentro de unas pocas semanas.
Los médicos también recomiendan evitar los deportes y las actividades bruscas por lo menos durante un mes después de tener una mononucleosis, porque el bazo (un órgano del cuerpo que se sitúa debajo la caja torácica) suele agrandarse temporalmente durante la enfermedad. Un bazo agrandado puede romperse fácilmente, lo que provocaría hemorragia interna y dolor abdominal, requiriendo una intervención quirúrgica urgente. No participes en actividades vigorosas, deportes de contacto, ni grupos de animación, ni se te ocurra jugar a lo bruto con tus hermanos pequeños o amigos hasta que tu médico te autorice a ello.
Cuando te vayas recuperando, haz todo lo posible por no contagiar el virus a tus amigos y familiares. Lo más probable es que no contraigan la enfermedad por establecer un contacto superficial u ocasional contigo, pero tú puedes tomar algunas precauciones para mantenerlos alejados de tus gérmenes. Lávate las manos frecuentemente, cúbrete la nariz y la boca cuando estornudes o tosas y no compartas bebidas ni cubiertos con nadie. Esta es una de las escasas ocasiones en que tus amigos y familiares te agradecerán que seas egoísta.

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